Mientras los políticos duermen, los agricultores trabajan la tierra y los intermediarios se suben en un punto –por la cara- el porcentaje, ya de por sí abusivo, que se llevan de los ingresos brutos del campo.
Desde la “rapiña” obscena que ha protagonizado el sector de la construcción, bajo la mirada complaciente y hasta cómplice de los políticos –se llamen como se quieran llamar-, no había visto un ejemplo más claro de capitalismo embrutecido y ciego.
No voy aponer en duda, la labor positiva que realizan, en un mercado libre agrícola, las llamadas “corrías” o almacenes donde se subastan y comercializan los frutos del campo, ya que me con sidero un centrista. Pero sí voy a poner en tela de juicio su actuación, cuando amparándose en una “posición de dominio”, se ponen de acuerdo para imponer un coste abusivo por sus servicios.
Sí, me estoy refiriendo al acuerdo al que han llegado los empresarios de las “corrías” para quedarse con el 11% de las ventas brutas de los agricultores, en lugar del 10% como venían haciendo hasta ahora. Y eso es algo que al campo motrileño debe de hacerle reaccionar. Porque estos intermediarios no deben ignorar que son útiles, pero no son imprescindibles, en cualquier caso. ¿Qué pasa, es que no se llevaban ya una tajada bastante grande? ¿Es que su avaricia no tiene límites? ¿Les parece, tal vez, que están ganando poco? ¿No se dan cuenta de que están ya podridos de dinero?
Dicen que Europa les ha obligado a realizar unos gastos para homologarse con el sector en los países del Mercado Europeo. Pues bien, yo les digo: primero, de los gastos de los agricultores se hacen cargo los mismos agricultores; segundo, ¿por qué los intermediarios no han de hacerse cargo de los suyos?; y tercero, cualquiera diría al escucharles que han tenido pérdidas. ¿Acaso esos gastos les han inducido a tener pérdidas?, ¿no es verdad que han seguido forrándose a manos llenas?
Pues bien, tal vez le estén haciendo un bendito favor al campo motrileño, encomiándole a reaccionar. Dicen las lenguas maledicentes que, los motrileños siempre hemos ido con la “pella en el culo” detrás de los dueños de las fábricas y detrás de los intermediarios, para que nos “arrancaran el pedacillo de cañas o de papas”. Tal vez, eso sea lo que piensen los empresarios de las “corrías” cuando se atreven a apretarnos el cuello de una manera tan descarada. Pero creo que se están equivocando de época y de gente.
Hace un par de décadas, le dije a un Alcalde muy de izquierdas que, el Ayuntamiento tenía la obligación de sensibilizar al pequeño y mediano agricultor sobre la necesidad de asociarse en Cooperativas, informando y fomentando. Me respondió que a él le daba lo mismo “que el agricultor motrileño ganara cien o que ganara doscientos”. Así nos ha ido. Con políticos así no extraña que ocurra lo que está ocurriendo con otros asuntos como el destrozo del “Camino de la Mar”. Aquel Alcalde, en lugar de fomentar el cooperativismo entre los agricultores, quiso hacer un experimento en la Cota 200 que acabó en un “changüí”. De él podríamos decir que “la ideología le traicionaba”.
Pues bien, ahora le digo lo mismo a los que ocupan actualmente el Consistorio Municipal: “sensibilicen ustedes, fomenten ustedes el cooperativismo verdadero entre los agricultores, es urgente que los agricultores motrileños se homologuen también con los europeos en asociacionismo, formando cooperativas y sociedades para comercializar sus productos y obtener, igualmente, otro tipo de servicios”. Pues bien, si el Sr. Rojas fuera un Alcalde de centro-derecha, lo haría. Son muchos los que me dicen que puedo quedarme sentadito esperando, pero yo prefiero ser optimista y pensar en positivo.
¿Acaso, no ha llegado ya el momento de que en el campo motrileño surjan, no una, sino, varias cooperativas de productores? ¿Y, estas cooperativas, no podrían formar una unión o federación de cooperativas, a fin de defender mejor sus productos? ¿Es que, acaso, el agricultor motrileño va a ser el único en Europa que no va ser capaz de llevar este proyecto a efecto?
Desde esta página quiero hacer un llamamiento a todos los motrileños que me quieran leer, para que nos convirtamos todos en un equipo de sensibilización, de fomento del cooperativismo en el campo motrileño. Y hago un llamamiento a los agricultores en especial, para que la palabra cooperativa forme parte ya del vocabulario diario. No podemos aceptar que la única alternativa esté formada por unos intermediarios, que no han tenido reparos en, de una forma concertada, abusar de su “posición dominante” e imponer un descuento comercial abusivo.
¡LAS COOPERATIVAS DE AGRICULTORES SON NECESARIAS Y URGEN! Y los gestores municipales tienen la obligación de sensibilizar, informar, fomentar, promocionar… ¡Más recursos en manos del agricultor, supone más recursos para los comercios y demás sectores económicos motrileños!
¿Qué pasa con los retornos del 3% del valor de los productos que la Comunidad Europea devuelve a través de las asociaciones de agricultores? ¿A dónde van a parar? ¿A qué manos?
¡Las Cooperativas y asociaciones de agricultores son cosa de todos, interesan a todos! Por lo tanto, deberían interesar también a los políticos, ¡digo yo!
(Irónicamente) Aunque no sé si tanto como para hacerles salir de su sopor creativo, y, en lugar de traer más circo, se dediquen a lo suyo, que es satisfacer e incluso anticiparse a las necesidades de los ciudadanos (y en primer lugar las fundamentales). Y la modernización de la estructura del sector agrícola de Motril, lo es.
Desde la “rapiña” obscena que ha protagonizado el sector de la construcción, bajo la mirada complaciente y hasta cómplice de los políticos –se llamen como se quieran llamar-, no había visto un ejemplo más claro de capitalismo embrutecido y ciego.
No voy aponer en duda, la labor positiva que realizan, en un mercado libre agrícola, las llamadas “corrías” o almacenes donde se subastan y comercializan los frutos del campo, ya que me con sidero un centrista. Pero sí voy a poner en tela de juicio su actuación, cuando amparándose en una “posición de dominio”, se ponen de acuerdo para imponer un coste abusivo por sus servicios.
Sí, me estoy refiriendo al acuerdo al que han llegado los empresarios de las “corrías” para quedarse con el 11% de las ventas brutas de los agricultores, en lugar del 10% como venían haciendo hasta ahora. Y eso es algo que al campo motrileño debe de hacerle reaccionar. Porque estos intermediarios no deben ignorar que son útiles, pero no son imprescindibles, en cualquier caso. ¿Qué pasa, es que no se llevaban ya una tajada bastante grande? ¿Es que su avaricia no tiene límites? ¿Les parece, tal vez, que están ganando poco? ¿No se dan cuenta de que están ya podridos de dinero?
Dicen que Europa les ha obligado a realizar unos gastos para homologarse con el sector en los países del Mercado Europeo. Pues bien, yo les digo: primero, de los gastos de los agricultores se hacen cargo los mismos agricultores; segundo, ¿por qué los intermediarios no han de hacerse cargo de los suyos?; y tercero, cualquiera diría al escucharles que han tenido pérdidas. ¿Acaso esos gastos les han inducido a tener pérdidas?, ¿no es verdad que han seguido forrándose a manos llenas?
Pues bien, tal vez le estén haciendo un bendito favor al campo motrileño, encomiándole a reaccionar. Dicen las lenguas maledicentes que, los motrileños siempre hemos ido con la “pella en el culo” detrás de los dueños de las fábricas y detrás de los intermediarios, para que nos “arrancaran el pedacillo de cañas o de papas”. Tal vez, eso sea lo que piensen los empresarios de las “corrías” cuando se atreven a apretarnos el cuello de una manera tan descarada. Pero creo que se están equivocando de época y de gente.
Hace un par de décadas, le dije a un Alcalde muy de izquierdas que, el Ayuntamiento tenía la obligación de sensibilizar al pequeño y mediano agricultor sobre la necesidad de asociarse en Cooperativas, informando y fomentando. Me respondió que a él le daba lo mismo “que el agricultor motrileño ganara cien o que ganara doscientos”. Así nos ha ido. Con políticos así no extraña que ocurra lo que está ocurriendo con otros asuntos como el destrozo del “Camino de la Mar”. Aquel Alcalde, en lugar de fomentar el cooperativismo entre los agricultores, quiso hacer un experimento en la Cota 200 que acabó en un “changüí”. De él podríamos decir que “la ideología le traicionaba”.
Pues bien, ahora le digo lo mismo a los que ocupan actualmente el Consistorio Municipal: “sensibilicen ustedes, fomenten ustedes el cooperativismo verdadero entre los agricultores, es urgente que los agricultores motrileños se homologuen también con los europeos en asociacionismo, formando cooperativas y sociedades para comercializar sus productos y obtener, igualmente, otro tipo de servicios”. Pues bien, si el Sr. Rojas fuera un Alcalde de centro-derecha, lo haría. Son muchos los que me dicen que puedo quedarme sentadito esperando, pero yo prefiero ser optimista y pensar en positivo.
¿Acaso, no ha llegado ya el momento de que en el campo motrileño surjan, no una, sino, varias cooperativas de productores? ¿Y, estas cooperativas, no podrían formar una unión o federación de cooperativas, a fin de defender mejor sus productos? ¿Es que, acaso, el agricultor motrileño va a ser el único en Europa que no va ser capaz de llevar este proyecto a efecto?
Desde esta página quiero hacer un llamamiento a todos los motrileños que me quieran leer, para que nos convirtamos todos en un equipo de sensibilización, de fomento del cooperativismo en el campo motrileño. Y hago un llamamiento a los agricultores en especial, para que la palabra cooperativa forme parte ya del vocabulario diario. No podemos aceptar que la única alternativa esté formada por unos intermediarios, que no han tenido reparos en, de una forma concertada, abusar de su “posición dominante” e imponer un descuento comercial abusivo.
¡LAS COOPERATIVAS DE AGRICULTORES SON NECESARIAS Y URGEN! Y los gestores municipales tienen la obligación de sensibilizar, informar, fomentar, promocionar… ¡Más recursos en manos del agricultor, supone más recursos para los comercios y demás sectores económicos motrileños!
¿Qué pasa con los retornos del 3% del valor de los productos que la Comunidad Europea devuelve a través de las asociaciones de agricultores? ¿A dónde van a parar? ¿A qué manos?
¡Las Cooperativas y asociaciones de agricultores son cosa de todos, interesan a todos! Por lo tanto, deberían interesar también a los políticos, ¡digo yo!
(Irónicamente) Aunque no sé si tanto como para hacerles salir de su sopor creativo, y, en lugar de traer más circo, se dediquen a lo suyo, que es satisfacer e incluso anticiparse a las necesidades de los ciudadanos (y en primer lugar las fundamentales). Y la modernización de la estructura del sector agrícola de Motril, lo es.